sábado, 18 de febrero de 2012

Juguetes

 
Siempre he sido más de puzzles que de muñecas. Me gustaban los clicks y los legos. Adoraba mi Nancy, pero no recuerdo haber jugado mucho a cambiarle los vestidos, hacerle peinados ni nada parecido. Mi interés por la ropa me llegó bastante tarde, bien cumplidos los 30 (de eso puede dar fe mi madre). No es que antes fuera desastrada, pero no era algo que me hiciera especial ilusión (sisalvo los zapatos!!)

A mí me gustaba más todo aquello que se "construyera", ya fuera física o intelectualmente. Los rompecabezas y las historias. Incluso recuerdo que durante un tiempo vendieron unos vestidos para la Nancy que había que terminar de confeccionar: recortarlos y coserlos. Yo era pequeña y coser tampoco me gustaba, pero mi abuela nos compró un juego a cada nieta y recuerdo disfrutar viendo cómo se "montaba" cada prenda.

Cuando en el cole tuve que aprender sobre circuitos y resistencias, mi padre trajo una placa, un soldador, alambre de estaño, una bombilla y multiples resistencias. Cuando estudiaba el cuerpo humano, mi madre trajo un corazón y unos pulmones de cordero por los que metimos bolis y soplamos.

Dice mi madre, que ahora SI jugamos a "muñecas" con Gerard y tiene razón. Cada día le escojo la ropita y le reservo conjuntos limpios para los acontecimientos de la semana, ya sean estos una clase de masaje, ir a la consulta de la pediatra o recibir la visita de algún amigo o familiar. Cuando he ido a cambiar alguna pieza de ropa para mí que "por x o por y" no me iba a quedar, si la tienda tiene sección de niños ya sé que yo no tendré ropa nueva, la tendrá mi "muñeco". Y no nos limitamos al vestuario en este juego. Aún no le hago comiditas, pero sí podemos explicarle en voz alta, como hacen las niñas "de lazos" a sus muñecas, qué estamos haciendo en cada momento: "Ahora mamá va a quitarte el pañal/ prepararte el baño/ quitar los cojines del sofá/ recoger tus cosas", incluso por la calle: "cuando lleguemos a casa, mamá te quitará el abrigo aunque estés tan guapo con él..."

También caben aquí las construcciones. Ahora toca montar los muebles del cuarto de Gerard. Todos nos hemos quejado alguna vez con la frase de "No Sr. dependiente, usted trabaja EN Ikea, PARA Ikea trabajo yo!", pero lo cierto es que ver qué tornillo toca, dónde va esta tabla o cual es la punta de destornillador que mejor se adapta me divierte. Estoy jugando para el muñeco... y estoy jugándolo con mi padre.

miércoles, 15 de febrero de 2012

El éxodo o el brote


Desde siempre, o al menos desde que entré en la universidad, he barajado la posibilidad de cambiar radicalmente de vida. Llenar un día la maleta e irme a otra ciudad o país. Otra profesión. Generar un nuevo entorno.

Evidentemente he tenido épocas malas, como todos, pero han sido las menos. En mi caso la idea de "cambiar de vida" más ha tenido que ver con algo positivo -ya sea un lugar que me enganchaba, un trabajo interesante, un entorno sorprendente- que me sugería nuevas experiencias a mi alcance. Muchas veces coincidían con mis viajes. :)
En realidad nunca he tenido ni la más mínima necesidad de llevar a cabo semejante cambio. Y sin embargo la posibilidad existía, estaba ahí.

Hoy me he dado cuenta de que esa posibilidad se ha desvanecido.

Sé que muchos me dirían que no, que tan sólo incorpora un pasajero, pero no es así. Ya no se puede "coger una maleta". Ahora implica muchas más gestiones, preparativos, organización. La aventura debe estar más controlada.

Hoy también me he dado cuenta de que no importa.

Pocas vidas soportan un día a día rutinario sin hitos o inflexiones. Pero mi vida acaba de sufrir un giro en su trayectoria. No es la única forma, ni necesariamente la mejor, ni la más definitiva. Es la que YO elegí. Y no he necesitado cambiar de ciudad, país, profesión ni entorno.

lunes, 13 de febrero de 2012

Memento mori


Cuando un general romano desfilaba triunfante tras una contienda por las calles de Roma, en su cuádriga iba también un esclavo que le sostenía la corona de laurel de los vencedores y le susurraba al oído: "Memento mori" (recuerda que sólo eres un mortal) para evitar que se endiosaran.

Por ese mismo motivo inventó la Naturaleza los cólicos del lactante, para enseñarnos a los padres (las "Referencias Absolutas") lo que es la impotencia.

sábado, 11 de febrero de 2012

Pangea

He leído que este año se conmemora el centenario de la teoría de la deriva continental, por la cual las placas tectónicas están en continuo movimiento provocando la separación de los continentes. Por lo tanto, todos los continentes actuales provienen de un supercontinente previo al que Alfred Wegener (el autor de la teoría) llamó Pangea (del griego Pan-todo y Gea-Tierra).

Cuentan que a Wegener se le ocurrió tras percatarse en un mapa de que las costas de ambos lados del Atlántico "encajaban".

Creo que Pangea es la mejor explicación de lo que sucede cuando tengo a Gerard en cangurito (en brazos y frente a mí).

Fuimos un supercontinente.

Ahora su cuerpo de adapta perfectamente al hueco sobre mi esternón hasta la curva de mi abdomen. Sus bracitos abarcan hasta mis hombros y apoya su cabeza en uno de mis pechos con comodidad. Encajamos, pero ya es otro continente.

Año a año irá separándose más. :)

martes, 7 de febrero de 2012

La Referencia


Uno de los aspectos más impresionantes de la maternidad es pasar a ser una referencia.

Tengo una familia unida y cariñosa, así que siempre me han transmitido la idea de que soy alguien importante para ellos. He estado arropada, cuidada y protegida. He arropado, cuidado y supongo que protegido. Sin embargo, yo era hija. Con los años las relaciones entre personas cambian, evolucionan. Entre padres e hijos lo hacen de forma mucho más evidente y dramática (no necesariamente trágica). Ya soy una hija adulta, con una relación de adultos con mis padres y con un mayor componente protector por mi parte del que hubo durante mis primeros... 25 años?

Mis amigos, mis parejas, el resto de mi familia, son personas a las que demuestro cariño y (creo que) atención. Muchos me llaman cuando tienen problemas, tristezas o alegrías, ganas de pasar un rato... Para algunos soy más importante que para otros, o me tienen más confianza o simplemente estóy más cerca (física o emocionalmente). Y viceversa.

Pero ahora soy LA referencia, la relación de Gerard con el mundo. Después de su piel permanentemente alerta, su vista aún limitada y el oído fino que le orienta la mirada. Después de sí mismo, soy yo.

No creo que se sienta perdido, tal vez indefenso y yo soy su muralla, su castillo. No sabe que su madre también se siente en la cuerda floja, con la diferencia de que los años me han dado una vara más larga con la que mejorar el equilibrio.

Él aún está aprendiendo a utilizar su cuerpo. No sabe que sus manos son suyas, pero reconoce mi voz, el latido de mi corazón, el tacto, calor y olor de mi piel, el tamaño de mis manos que le sujetan. Y confía.

"Mamá está aquí. Todo está bien."