Gerard ha aprendido a decir "ajo". Día tras día sus abuelos le han repetido incesantemente la palabra y él, entre risas, les imitaba.
Luego ha empezado a decirla espontáneamente, cuando le cambio el pañal o como respuesta a cualquiera de las monerías que le digo.
Superada la imitación y el diálogo, ahora quiere demostrar que él también puede enseñársela a otros. Por eso le repite "ajo" incesantemente, como hicieron sus abuelos con él, al mono del parque de juegos. De momento sin ningún éxito. :)