jueves, 8 de diciembre de 2011

Cleopatra


Mi máxima molestia del embarazo sigue siendo la acidez. Claro que ahora le sumamos que no hay postura cómoda para dormir. Por eso cada noche, cuando me levanto para ir al servicio (no menos de 3 veces por noche), suelo pasar por la nevera a por una taza de leche fría.

Por desgracia, lo de dormir a trompicones a veces hace que llegues a cerrar los ojos antes de haberte tomado la leche. Esta noche, sin tiempo siquiera de apoyar la taza en la mesilla...

Así que a las 5,30 de la mañana estaba cambiando pijama, ropa interior, sábana bajera e incluso funda del edredón (y si cambiarlo sola tiene su intríngulis, estando de 8 meses...)!!!!

Eso sí, tengo la piel maravillosa. El famoso truco de belleza: baños con leche "de burra"

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