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lunes, 4 de abril de 2011

El sueño de la razón produce monstruos

-"Cuando mi hijo ande no tendré las energías de las madres jóvenes para seguirle el ritmo. Cuando sea adolescente yo seré demasiado mayor, un salto grande para entendernos" -me dice alguien que aún no es madre.

La dejo seguir hablando. Escucho sin intervenir porque entiendo lo que dice y teme.

-"Me arrepiento de no haberlo sido joven"                                                                             Discrepo pero sigo escuchando. El proceso de elegir ser m  adre exige un tiempo que varía en cada persona y situación. Yo necesité mucho estando sola. A veces es aún más difícil decidirlo cuando son dos los que opinan.                                                                                     -"Nunca seré tan buena madre como mis amigas jóvenes."
Entonces ya no me callo: "Si eso es lo que piensas, no los tengas".

He sido dura. Pero se necesita demasiada confianza como para empezar cojeando. Ya vendrán las dudas.

Luego he vuelto al silencio. Esta vez me he callado que todo monstruo tienen su origen en una realidad.





martes, 15 de marzo de 2011

Susana y los viejos

Cuando ya has tenido dos inseminaciones fallidas y eliges pasar a in vitro, porque los porcentajes que se te presentan a partir de ahora no invitan a agotar los intentos de acostarte con la cánula, debido a tus poco menos de 40 primaveras... hay algunos aspectos en los que te juraste no entrar que se te cuelan en la cabeza (y la piel).

Puede que mis óvulos estén avejentados. Todavía no es una certeza, sino únicamente una posibilidad. Mi primer impulso es meterme un tampax bien empapado en crema anti-edad, pero no tengo ninguna confianza en que funcione (ni siquiera en la cara).

Recuerdo a una mujer, en un proceso similar, lamentarse por todos los óvulos jóvenes que había desperdiciado, mes tras mes, durante años. Por un instante la comprendo. Pero no es cierto. Ninguno ha sido desperdiciado porque si bien es verdad que el tiempo es uno de los ingredientes fundamentales de este asunto, no sólo se debe a que mi cuerpo sea cada segundo un poco menos eficaz que el anterior, sino también por toda la reflexión previa que te lleva hasta aquí. Y eso requiere muchas muchas muchas horas.

"No hacía falta haberme inseminado, con guardar unos óvulos vitrificados hubiera sido suficiente." Falso también en su concepción, pues para pasar por todo el proceso de estimulación, la reflexión previa sigue siendo imprescindible y la falta de recompensa inmediata hace que el tratamiento resulte más incómodo, doloroso y agotador, aunque físicamente no varíe del actual ni en un sólo pinchazo.

La tentación existe. La de ver tu juventud desintegrándose en unos segundos con todas las posibilidades que se mueren con ella. Pero es mentira. Las posibilidades no jugadas son sólo ideas abstractas que no ejecutaste y por tanto ni siquiera nacieron. El remordimiento queda para el material trabajado, para lo concreto, para lo que tuvo suficiente fuerza para imponerse ante otras oportunidades, ocurrencias o intenciones que se quedaron en el papel, en el aire o incluso en las neuronas y nunca se expresaron.

Hagamos realidades. Incluso aunque no funcionen.