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domingo, 24 de abril de 2011

Surrealismo

 

No soy pro ni anti fármacos. Me tomo los medicamentos cuando hay que tomarlos y cumplo sus pautas, aunque suelo preferir prescindir de ellos si no son estrictamente necesarios. Sin embargo últimamente mi vida está plagada de ellos. Parece que voy dejando un rastro tras de mí para poder regresar a casa recogiendo las píldoras del camino... Desde la nevera me saluda en Puregón. En el baño el Menopur, el kit de administración, el Orgalutran, el Microginón... y el Utrogestan, claro, que ahora mismo es omnipresente: baño, salón, bolso. El ácido fólico en la cocina, en mi mesa de la oficina y el bolso (again). Paracetamol en el baño, la cocina y el bolso, aunque este no lo consumo hay que tenerlo a mano por si acaso. Por último, la botella de agua junto a la cama, que no será un medicamento, pero es por prescripción médica. (Si os preguntais qué está haciendo el Utrogestán en el salón... sinceramente, no lo sé.)

Así que en un alarde de razonamiento, voy a pensar que estoy dopada y ellos son la causa de todas las cosas extrañas que me pasan últimamente. Y no hablo de los pechos doloridos, los tirones de ovarios, los mareos injustificados, tristezas repentinas o los olores a evitar (todo eso, ya lo dijimos, es culpa de la progesterona. Ella solita), sino a las siguientes categorías de "expedientes x":

Los sueños. 3 noches han pasado desde la transferencia.
  • Noche 1: sueños erótico-lésbicos ¿? (Siento decepcionaros, no he pasado por la experiencia en la vida consciente).
  • Noche 2: Un banda de asesinos disfrazados de payasos me perseguían para desmembrarme ¿?? (Tampoco está basado en un hecho real).
  • Noche 3: No recuerdo el sueño (casi estoy por agradecerlo) pero me he despertado profundamente triste.
Los hombres. Sucesos (reales) acaecidos en menos de 1 semana:
  • Supermercado 1: Un hombre (desconocido) intenta lamerme la cara cuando paso por su lado en el pasillo de los cafés.
  • Supermercado 2: Un hombre (desconocido) paga antes que yo en la caja y me espera (bolsas en mano) para acompañarme al coche mientras me habla de las calorias diarias y los maratones que ha corrido en su vida.
  • Dia de la implantación: La enfermera al darme las pautas a seguir "no es recomendable mantener relaciones sexuales en al menos 1 semana". Mi respuesta (sonrisita incluída) "eso no es ningún problema". Esa misma noche tuve que rechazarlas.
Juro por Dios que no soy Jessica Alba. Única explicación: emito feronomas a gogó!!!

Mi madre:
  • La ducha: "Cariño, ten cuidado con la ducha". Como una de las recomendaciones médicas es no exponerte a que te suba la temperatura, imagino que se refiere a que no use agua muy caliente, pero pregunto: "¿Por?" "Que no te vayas a caer". "Mamá ¿cuantas veces me he caído en la ducha en mi vida?" "Ninguna, por eso te lo digo" ¿¿¿¿¿¿??????
Mi madre es una persona sensata e inteligente... o lo era hasta que me implantaron los embriones. O lo era yo...

sábado, 16 de abril de 2011

Sexo o fornicación?

Se supone que el sexo y la reproducción están íntimamente (nunca mejor dicho) unidos... sin embargo cuando te pones a reproducirte, parece que en realidad esa conexión no está tan clara.


Cuando el sexo es únicamente lúdico, los embarazos son el punto de peligro que da una emoción extra, la pimienta. Es la posibilidad de estamparte contra el suelo haciendo puenting o atreverte a mentir con la mano metida en la bocca della verità. También son el terror que paraliza a muchos y la amenaza que frena a otras. Y cuando conscientemente decides ser madre (o padre) el sexo es una opción, pero no siempre la mejor, ni siquiera la más efectiva... y desde luego no la única. Me refiero, evidentemente, al tipo de sexo que provoca la risa, el escándalo, el morbo.

Nunca me he acostado con alguien intentando ser madre, asi que no puedo hablar del tema, pero los que sí lo han hecho, y no han tenido suerte a la primera, te hablan de coitos programados, temperaturas basales, posturas preferentes y "cigarrillo" con las piernas en alto. Eso NO es sexo. Pero el fin justifica los medios.

O tal vez sí lo sea, tal vez ese sea el único sexo, como me dijeron unas testigos de Jehová que intentaron convertirme en la puerta de mi casa hace unos años: "El sexo que no busca la reproducción es fornicación." (Un "pues entonces soy una fornicadora" logró apartarlas de mi puerta unos cuantos meses).

Las parejas que pasan por un proceso de fertilidad en clínica, también hablan de las abstinencias para mejorar el recuento de espermatozoides, los reposos y los calendarios a cumplir. Lo que no te cuentan es que estar sola es, sin duda alguna, en este caso una desventaja. Las estimulaciones (ováricas) se llaman así por algo... Tu cuerpo se prepara, a lo bestia, para ser fecundado y pone toda su atención en ello. Es el momento de pedirle al cerebro un esfuerzo extra, explicarle que la violación sigue siendo delito aunque seas mujer y la ejerzas sobre un hombre, o varios...

martes, 8 de febrero de 2011

Haciendo hueco

Víspera del segundo intento.

Ahora ya puedo decir que no es casualidad, porque la repetición, en las mismas circunstancias, hace real la sospecha: Quiero un abrazo. Mejor aún si son dos.

No vale que sea amistoso, ni paternal. Quiero un abrazo de piel con piel, fuerte (pero no tensado), desordenado y cómodo en un mismo gesto. Supongo que mi cuerpo, lleno de óvulos "maduritos", busca un contacto que le fertilice. Aunque no es exactamente sexo lo que me pide, sino un abrazo. Uno cómplice.

Ya dije que hacer sola este camino tenía sus desventajas. Esta es evidente. Tanto, que tomar la decisión  (sola) supuso tragar el sapo de asumir un sentimiento de fracaso: no he encontrado a nadie con quien compartir este proyecto vital.

Hay mil explicaciones reales: son razonables, lógicas y hasta emotivas... como también las hay para las parejas que optan por no reproducirse. No existe un patrón de vida, cada una es distinta de las demás y, con el tiempo, hasta difiere de sí misma. Pero llevamos "de serie" unas plantillas A, B o C a rellenar, que no distinguen detalles... y a veces no encuentras la casilla que te corresponde (a mí me pasa siempre ¿a tí no?). Tienes dos opciones: sentirte excluído o dibujar tu propia casilla en el margen blanco. Yo he experimentado las dos. Existe, en realidad, una tercera: romper el formulario.

Pero yo soy feliz en mi entorno y sí, mi recuadro no tiene la precisión de la imprenta sino las líneas (menos rectas) hechas a boli. Eso siempre llama la atención cuando otros lo miran, pero entonces lo cuentas y la gente dice: "pues debería existir tu casilla" (aunque no todos ellos lo piensan).


Así que una vez digerido el sapo (conviene esperar, no 2 horas, sino 2 meses antes de "mojarse") y embarcada con toda la voluntad y decisión, e incluso aventajada en algunos aspectos a otros "solicitantes a padres", te encuentras con que a veces necesitas algo que no está. O no está a mano. Y ahora añoro un abrazo. Sin apoyos ni consuelos. No es un pesar que necesite alivio, sino la ausencia de un tacto al otro lado. Uno que huela bien. A calor y jabón. Uno (masculino) que me abarque y se quede ahí, sin prisas.

Hoy he escondido varios abrazos... que no he sabido pedir.