sábado, 19 de marzo de 2011

Ya lo pensaré mañana


Folículo persistente se llama este (otro) mes de espera. Para solucionarlo, me han dado anticonceptivos, lo cual es como dar azúcar a un diabético (como siempre deben llevar en los bolsillos, voy a dar por buena la comparación :) )

La primera sorpresa ha sido el prospecto, tamaño sábana de matrimonio e impreso a doble cara, pero sin mención a si la pastilla debía tomarse antes, después o durante las comidas. (Sí, soy de las que se lo leen)

Entonces me he dado cuenta de algo extraño. En el exterior del envase no aparece qué es. Únicamente el cuadro de composición lo especifica, pero bajo el nombre comercial, visible en cualquiera de las caras del estuche, sólo pone "21 comprimidos recubiertos". He mirado el resto de los medicamentos y, como recordaba, en todos ellos figura el  fármaco predominante bajo del nombre comercial. En cambio el subtítulo del anticonceptivo podría venir escrito en la Caja Roja: "Nestlé/21 comprimidos recubiertos".

Estoy casi segura de que es una cuestión de discreción. Existe en esta experiencia un cierto pudor, que a veces es vergüenza, a veces miedo, incluso sensación de culpa en ocasiones, que lleva implícito el secretismo.

Hace unas semanas, cuando acordaba mi nueva cita, la mujer de al lado pedía un justificante. "¿Con o sin logo de la clínica?" le preguntó la recepcionista como algo habitual. "Sin, sin logo , por favor".

Yo no necesito justificantes y, de hacerlo, mi jefe sabe que estoy embarcada en este asunto. Sin embargo es cierto que yo que he hablado de la intención de inseminarme con absoluta facilidad con quien quisiera escuchar, dejé de hacerlo extensivamente el día que empecé el primer tratamiento. En mi caso es miedo. No quiero explicar 20 veces por qué ha fallado. Sin embargo dejo el ácido fólico sobre la mesa del despacho.

Ayer, al saber que no podía iniciar la FIV este mes, se me juntaron demasiados pensamientos de golpe, lo que unido a la decepción, hicieron que me sintiera desbordada. ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Cuánto? ¿Por qué? Imaginé a la mujer sin logo, explicando todo el proceso en la oficina y entendí que ella también aplica el sistema O'Hara: "Ahora no puedo pensar en ello. Me volvería loca si lo hiciera. Ya lo pensaré mañana."

3 comentarios:

  1. La mujer sin logo es probable que no haya dicho ni mu en su trabajo y que, cuando haga público que está embarazada, tampoco diga que ha sido "con ayuda". Hay mucho tabú ahí también, esa cosa de que, si no consigues ser madre por tus propios medios, es como si fueras un poco menos mujer (!!!). Lo mismo pasa si dices que no quieres ser madre, que la naturaleza nunca te ha llamado. Los roles biológicos, qué incordio.

    Besos guapa!

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  2. Lo sé. Creo que ya lo comenté algún día con las parejas que no quieren hijos. Pero me apunto el tema, es TAN importante como querer serlo!!. Gracias Antonia ¿Qué tal el vestido rojo? ;)

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  3. El vestido rojo me queda muy pequeño, tengo que adelgazar ;-)

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